El camazote actúa en formas distintas, a veces es una frase justa que deja tecleando al poderoso cuando trata de explicar una vez más los motivos de una tragedia, su principal excusa es echarle la culpa a los demás, denunciar una persecución, el retador se ha envalentonado comenzando a cortar los hilos, ahora se le ha ocurrido presentar denuncias, una atrás de la otra a los fines de parecer limpio. El héroe logra que una parte de la sociedad permanezca despierta, no los puede salvar a todos pero con que alguno escuche su llamado será suficiente. Basta con no conformarse ante el primer no, no existe peor cosa que un empleado administrativo automatizado en sus respuestas, una máquina de impedir que se ocupa de recitar el mismo diálogo: a usted no le corresponde un mejor beneficio, la reglamentación es clara, tiene demasiados bienes, le cubrimos el treinta por ciento, el resto lo puedo pagar dado que cobra casi el doble de lo que perciben los demás, etc. Nunca parecería que se le terminan las palabras, incluso quienes obran como profesionales en este sistema demuestran que juraron en vano, guían al rebaño rumbo a un precipicio y les pagan por ello, en otro lugar dirán que el sistema funciona mal, siempre la culpa está en otra parte. Cada tanto la mano del vengador les cae encima, bajo la forma de una notificación bien intencionada y las excusas se tienen que guardar en un escritorio, pero a la larga las vuelven a poner sobre la mesa dado que siempre hay algún incauto bien asesorado por un descendiente joven, que a la larga transitara el mismo camino, pasa que ahora está en el mejor momento de su vida y no tiene tiempo para nada que no sea vivir en las nubes. El sistema se defiende, hemos puesto nuestros recursos al servicio del beneficiario pero tenemos una serie de pasos que cumplir, eso es lo que dice la reglamentación y no es posible apartarse así como así, sino tendríamos que hacer lo mismo con todos los demás. No todos los casos son iguales, deben ser evaluados minuciosamente a los fines de no dar de más, al final la administración termina pagando el doble de los costos. Con suerte la persona se cansa o fenece, entonces ahí repiten el diálogo desde el principio, seguro ya se olvidaron de todo. Lo que no saben es que el camazote regresará por ellos, los hará pasar por las trampas que armaron y finalmente lo oirán reírse en medio de la tormenta que viene a cubrir los últimos días de esas existencias. Así que cuidado con eso de andar enseñándole a los demás cómo deben comportarse pero no estar dispuesto a hacer lo mismo, dado que el karma se vuelve impiadoso y recuerda todo con una exactitud terrible, tanto o más que la del propio autor en una especie de espejo que refleja el contenido del alma. No hay telón ni dinero que puedan esconder ese momento, los que ostentaron poder yacen desnudos como si estuvieran por nacer de nuevo, ahí deben pagar por cada cosa mala que han hecho y sufrir el mismo dolor que tuvieron quienes fueron engañados, víctimas que vuelven en forma de venganza, castigo kármico, castigo bajo la forma de un murciélago.